La
demanda de materiales biodegradables está creciendo a toda velocidad, impulsada
por las preocupaciones relacionadas con el cuidado del medio ambiente, y los
fabricantes industriales están desarrollando materiales biológicos y/o
biodegradables de alto rendimiento a fin de responder a esta tendencia. La
tecnología de doble tornillo es ideal para procesar compuestos ecológicos que
cumplan con los más altos estándares relacionados con el Desarrollo Sostenible.
Central
ha desarrollado sistemas innovadores que permiten producir una amplia gama de
biomateriales y compuestos biodegradables, usando materias primas orgánicas,
tales como fibras naturales y almidones.
Información práctica
La
biodegradabilidad es un concepto y un proceso relativamente complejo. La misma
puede ser definida como la capacidad intrínseca que poseen los materiales para
ser descompuestos por agentes bacterianos y microorganismos, para ser
convertidos en H2O, CO2 y/o CH4, y
producir una nueva biomasa.
EJEMPLOS DE COMPUESTOS BIODEGRADABLES:
Casi todos los elementos que utilizamos a diario, son biodegradables, el problema, es el tiempo que demora en ocurrir ese hecho. Un producto que empleamos en nuestro día a día es el papel y el mismo tarda entre 2 a 5 meses en degradarse. Veamos algunos ejemplos
* Cáscara de plátano o de banana: 2 a 10 días
* Pañuelos hechos de algodón: 1 a 5 meses
* Papel: 2 a 5 meses
* Cáscara de naranja: 6 meses
* Cuerda: 3 a 14 meses
* Calcetines hechos de lana: 1 a 5 años
* Estaca de madera: 2 a 3 años
* Envases de leche (Tetra Bricks): 5 años
* Filtros de cigarrillos: 1 a 12 años
* Estaca de madera pintada: 12 a 15 años
* Bolsas de plástico: 12 a 20 años
* Zapatos de cuero: 25 a 40 años
* Telas de nailon: 30 a 40 años.
Sustancias orgánicas de origen natural (detritus terrestres alóc- tonos o residuos autóctonos de plantas acuáticas) o de fuentes antropológicas (desechos domésticos, agrícolas y algunos idus- triles) son descompuestas por microbios aeróbicos a lo largo del curso del río. La consecuencia es un descenso del nivel de oxígeno del río a partir del punto en que se vierten las aguas residuales, lo que reduce la calidad del agua y pone en peligro la supervivencia de la biota acuática, especialmente de los peces de alta calidad.
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